Nueva suba en el precio de los combustibles: aumentaron un 6,5%

El Gobierno nacional implementó el impuesto a los combustibles para el período 2021 y 2022, retrasando el aumento para el 2023. Como consecuencia de esta medida, las naftas experimentaron un incremento del 6,45%, que ya es visible en los surtidores de Shell, YPF, PAE y Puma. Solo falta Axion para completar la actualización.

El impuesto sobre los combustibles estuvo "congelado" desde julio de 2021 y debe ajustarse cada tres meses, considerando la variación de la inflación acumulada en ese lapso. El Gobierno aplicó un aumento hoy para compensar el rezago de 2021 y 2022, posponiendo el correspondiente a 2023 para los meses siguientes. El componente impositivo explica 4 puntos porcentuales del incremento.

El Ejecutivo estableció que el aumento del primer y segundo trimestre de 2023 afectará a la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil a partir del 1 de marzo de este año. Mientras tanto, los demás incrementos están programados para el 1 de abril y el 1 de mayo.

En el análisis de la norma, el Gobierno plantea que esta decisión busca "iniciar un proceso de regularización de los referidos incrementos remanentes, resulta razonable diferir parcialmente sus efectos, así como los de la actualización correspondiente al cuarto trimestre calendario del año 2023".

Sebastián Domínguez, tributarista, señaló: "Los que se postergan de acuerdo al cronograma que indica el Decreto son los correspondientes a los trimestres de 2023. De esta forma, se pasa a aumentar el impuesto en forma gradual aunque con un cronograma de 4 meses. Es decir, entre febrero y mayo de 2024. El Gobierno podría no haber dictado ningún Decreto y que aumente plenamente el impuesto porque se terminaba la suspensión dispuesta por el Gobierno de Alberto Fernández. Sin embargo, entendió que se debía iniciar un proceso de regularización de los incrementos y dispuso hacerlo en 4 meses", según declaraciones a Ámbito.

Desde que Javier Milei asumió, los precios de los combustibles han aumentado un 86%, dividido en tres incrementos de 38%, 27% y 6,5%. Este aumento acelerado se explica por el alza en las dos principales variables que afectan los costos de las empresas refinadoras: el tipo de cambio (debido a la dolarización de los contratos) y el valor del barril de petróleo.

En diciembre, el Gobierno no solo devaluó la moneda en un 56%, sino que también dejó de intervenir en el precio interno del barril de petróleo, que era más bajo que el internacional. De esta manera, el sector se adaptó a los nuevos contextos de liberalización del mercado, ajustando los costos internos.