04/01/2023

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Crimen de Fernando Báez Sosa, habló Pablo Ventura: "Confío en que después de esto todo se termine de una vez”

El joven dará su testimonio desde las 10 en los Tribunalas de Dolores.

A pesar de que no tenía nada que ver con el asesinato o con el grupo de rugbiers, luego del brutal crimen de Fernando Báez Sosa, Pablo Ventura fue el primer detenido. Pocos días después del homicidio, el joven remero de Zárate fue puesto en libertad ya que la Justicia decidió que fue acusado injustamente por los asesinos. 

Este miércoles, va a tener la oportunidad de manifestar su versión de lo que le pasó y de tener cara a cara a los imputados. Hace 3 años, Ventura explicó que no había estado en Villa Gesell en ningún momento mientras ocurría el asesinato. 

Fue a principios de febrero de 2020 cuando el juez David Mancinelli lo sobreseyó, por lo que quedó desvinculado de la causa. Por su injusta detención, en diciembre de 2021, el joven decidió demandar al Ministerio Público Fiscal del Poder Judicial bonaerense por 10 millones de pesos como resarcimiento por los daños sufridos. 

En la actualidad, el joven es relacionista público de un reconocido boliche de la Ciudad de Buenos Aires. Además de compartir sus actividades, utiliza su cuenta de Instagram (en la que tiene casi 20 mil seguidores) para promocionar su trabajo.

Pablo dice que quedó “impresionado” al recibir la citación para declarar en el juicio. Sintió que el caso por el que pasó cuatro días encerrado en un calabozo en Villa Gesell volvía a arrastrarlo. 

“Lo primero que pensé fue: ‘¿Qué voy a declarar si nunca tuve nada que ver?’. Además, es volver a exponerme. Pero confío en que después de esto todo se termine de una vez”, aseguró a Infobae a horas de su testimonio.

Tras recuperar la libertad el 21 de enero de 2020, Pablo perdió el anonimato. La gente le pedía selfies en la calle, le preguntaban cómo estaba e incluso se acercaban a saludarlo.


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“No podía salir de casa. Me sentía observado, no es que me miraban mal, pero me miraban”, recuerda y dice que en algún momento pensó en dejar Zárate e instalarse en Capital Federal. En ese sentido, la pandemia ayudó a aplacar la situación.

Hoy Pablo tiene 24 años, estudia la carrera de Farmacología y cambió el remo por el gimnasio. Ahora, afirma, su vida “volvió a ser normal”, pero no olvida los días posteriores al crimen de Báez Sosa: “Hubo un antes y un después de lo que me pasó”.

El lunes 2 de enero de este año, el joven de Zárate finalmente vio por televisión a los ocho imputados, oriundos de su misma ciudad, sentados frente al Tribunal. “La verdad que no fue muy lindo. Alguno de ellos me inculpó falsamente. Todavía no puedo creer que al día de hoy nadie sepa quien dio mi nombre”, dice. Y agrega: “Pienso en esos cuatro días que estuve encerrado y ‘me da cosa’. Es una situación horrible que no se la deseo a nadie”.

El año pasado, cuando se cumplió el segundo aniversario de la muerte de Fernando Báez Sosa, Pablo Ventura veraneó en Villa Gesell. Si bien quiso acercarse a la puerta del boliche Le Brique, donde Silvino Báez y Graciela Sosa -los padres de Fernando- encabezaban un acto, no le pareció prudente. Un día después pactó un encuentro con ellos en la playa.

“Tenía ganas de hablar con ellos. Siempre me quedé con las ganas de decirles que sentía mucho lo de Fernando, porque su hijo tenía casi la misma edad que yo y salió divertirse con amigos. Fue un momento muy duro, pero después de eso me sentí mucho mejor”, relata. Luego, se despidió, camino a Dolores.

A menos de dos horas de verles las caras a los acusados, el ahora ex remero de Zárate solo piensa en una cosa: que todo esto se termine de una vez.




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