Culturas
Mirá la historia del chico que consigue alojamiento a través de Tinder
Se podría decir que el amor es lo que mueve a Anthony Botta, un belga de 25 años que lleva meses viajando por Europa gracias a sus citas de Tinder. En vez de gastar en hoteles, el muchacho se aloja en las casas de sus citas.
Muchas personas reservan hoteles o pactan alquileres de temporales de departamentos, pero Botta ya lleva recorridos ocho países gracias a la hospitalidad de 21 mujeres de entre 22 y 45 años.
Botta explicó que "sólo hace falta ser educado" y mantener los sentimientos fuera del plan, no así la intimidad y el sexo porque, después de todo, conoció a sus anfitrionas por Tinder.
A veces me quedo en el sofá, a veces me dan un cuarto privado, y no voy a negar que pasan cosas", confesó Botta, que solo una vez se enganchó con una anfitriona: "Hicimos click super bien... fue un poco doloroso irse", expresó.
De dormir en escuelas abandonadas, casas pintorescas y hasta un departamento sucio donde la anfitriona lavaba los platos en la ducha, Botta vio -y conquistó- de todo.
En vez de "couch surfing", cuando el huésped duerme en el sofá del anfitrión por un precio módico, Botto hace "Tinder surfing" y le saca el máximo provecho a la app de citas, y a las relaciones ocasionales.