Che, blanquito euro descendiente, correte

Al parecer en Estados Unidos los policías más maltratadores y asesinos de descendientes de africanos son, justamente, descendientes de africanos. Nadie se escandaliza. Pero si lo hace un policía descendiente de europeos, nos indignamos. Como si una vida valiera más que otra.

Al parecer lo de la corrección política no estará funcionando muy bien, ¿no? Se pagan salarios en negro, pero nadie protesta por el uso estigmatizante de ese color. ¿Por qué si algo es malo debe ser oscuro? El Martín Fierro se junta en una payada con un moreno y le dice Moreno, no afrodescendiente, eso que podría haber tenido más rimas.

Un agorero dice: “Veo negro lo que se viene”, se acusa injustamente a la Edad Media de ser la edad oscura y, en cambio, si fue un buen tiempo, alguien dirá: “Fueron días luminosos”. A la noche la vemos con miedo y aprensión porque es negra y también es negro el manto de olvido que ponemos sobre ciertos hechos.

El supermercado del chino de la vuelta es otro caso patético de incorrección política. Primero, ¿usted sabe si es chino o taiwanés? Segundo, ¿cómo se atreve a nombrarlo así y no como “integrante de una comunidad originaria del lejano oriente, propietario de un comercio de comestibles que jamás quedó debiendo a un proveedor ni apagó las heladeras”?

Pero, fíjese, si alguien le dice a usted: “Che, blanquito euro descendiente”, no saldrá corriendo a acusar al otro de haberlo insultado y que pague por su delito porque en una persona, ofendió a quienes tienen su mismo color de piel y en todo caso a la humanidad en su conjunto y patatín y patatán. ¿No cree, amigo, que hay algo de blablablá en todo este asunto?

Juan Manuel Aragón                   

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