27/07/2016

Tucumán

Derechos Humanos

Ya son 78 las víctimas identificadas en el Pozo de Vargas

Los peritos del Camit continúan trabajando en el último tramo del pozo, utilizado como sitio de inhumación clandestina durante el Operativo Independencia y la dictadura.

Los peritos del Camit (Colectivo Arqueología Memoria Identidad Tucumán) continúan trabajando a sol y sombra en la recuperación de restos de los cuerpos de las mujeres y de los hombres que fueron arrojados en el Pozo de Vargas, sitio de inhumación clandestina utilizado durante el Operativo Independencia y la dictadura cívico militar.


Hasta el momento suman 78 los detenidos-desaparecidos cuyos restos fueron identificados en ese sitio de inhumación clandestina, ubicado en avenida Francisco de Aguirre, en el límite entre San Miguel de Tucumán y Tafí Viejo. Al trabajo pericial de campo que desarrolla el Camit (su antecedente fue el GIAAT), se suman los análisis de ADN realizados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).


“El Pozo de Vargas está devolviendo identidades: no sólo los nombres de las personas asesinadas, sino también los espacios sociales que fueron atravesados por la represión”, destacó el perito Víctor Ataliva, citado por La Gaceta. Desde el Camit subrayan que su tarea no se agota en extraer huesos, sino que rescatan historias de vida. Añadieron que el papel de los familiares de desaparecidos es clave para cimentar los fragmentos del rompecabezas. “De las personas, un tercio está vinculada a la UNT. Se trata estudiantes, docentes o graduados. El mundo universitario fue ampliamente reprimido. También el ferroviario: siete trabajadores de los Talleres de Tafí Viejo fueron identificados, aspecto que remite al nivel selectivo y proyectado de los crímenes del Estado”, expresó Ataliva.


Todos los lunes, en el predio se concreta la recuperación de evidencia por parte de la Justicia. Sobre lonas, los peritos acomodan y clasifican lo extraído del material lodoso que sacan del fondo del pozo. Entre los restos óseos es habitual que encuentren vendas aún anudadas y alambres enroscados (empleados para maniatar).


Actualmente, los peritos se encuentran trabajando en el último tramo del Pozo (tendría unos 40 metros de profundidad). Es por esto que desde el Camit continúan la campaña de difusión para que los familiares de desaparecidos se acerquen a dejar su muestra de sangre, paso fundamental para lograr futuros cotejos de ADN. Para ello deben comunicarse al teléfono 0800-333-2334 o acercarse a la Secretaría de Derechos Humanos (en Casa de Gobierno).

 

Gracias a los testimonios de familiares, de militantes y de vecinos, los investigadores pudieron ubicar el lugar. Después de detectar una depresión que no era natural, en mayo de 2002, lo encontraron: un viejo pozo de agua de mampostería construido a la vera de las vías para alimentar las locomotoras. Las víctimas, estiman, habrían sido arrojadas entre finales del Operativo Independencia (1975) y durante la dictadura (entre 1976 y 1977). Los peritos afirman que hubo varios intentos por que el Pozo quedara oculto. A fines de los 70 se habría tapado con mampostería, enormes piedras, camionadas de tierra, incluso con los durmientes del tren, que aún pasa por la finca de Vargas.


En el predio donde se encuentra el pozo, se pueden ver los árboles que van plantando los familiares, en homenaje a las víctimas que fueron allí identificadas.





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