23/09/2016

Tucumán

Quejas por la "espera en la vereda" que implementó el Hospital de Niños

Una publicación del profesor Fernando Korstanje desató el debate en las redes sociales por la nueva modalidad del nosocomio.

Facebook es una red social de permanente debate en distintos tópicos que afectan a nuestra sociedad. Por eso no pasó desapercibida la publicación del profesor universitario Fernando Korstanje, quien se refirió a una nueva modalidad de "seguridad" en el Hospital de Niños provincial, obligando a familiares y allegados de los menores que ingresan a la sala de emergencia a esperar fuera de sus instalaciones.

 

Aquí compartimos su publicación para extender el debate sobre la determinación del nosocomio tucumano:

 

La seguridad de los médicos.

 

Fui al Hospital de niños el jueves a la noche acompañando a mi ex pareja. Su hijo se abrió la frente y viajaba en ambulancia desde el CAPS de Yerba Buena, acompañado por una vecina (yo llevé a la madre a cerrar la casa y buscar dinero y documentos).

 

En la guardia atendieron muy bien a este niño. Pero nos corrieron a los allegados a la vereda. Sólo un familiar por enfermo podía permanecer en la sala de espera. Pregunté las razones, ya que la sala de espera estaba vacía y había confortables asientos.

 

"Son las ordenes que tenemos" me dijo uno de la agencia privada de seguridad CONDOR (¿por que un hospital público tiene seguridad privada?) Nunca entendí por qué policías uniformados prestaban servicios en empresas privadas y tampoco lo contrario, pero eso es tema para otra reflexión (hoy vi un empleado de seguridad privada con esposas en el cinturón del uniforme de Rambo ..y me preguntaba ¿pueden estos tipos detener gente?). Sigo con el hospital.

 

A mi hijo (varón y negro) fue al primero que invitaron a salir, y después a mí (la madre y la vecina, que eran dos de la misma familia no llamaban la atención, el asunto ERA CON LOS HOMBRES). Me negué a abandonar la sala de espera.

 

Vinieron 3 de Cóndor a "explicarme". "Señor, usted no entiende lo que es una orden". "¿A qué se dedica usted?". Soy profesor en la universidad. "Ahhh que bonito, que podemos esperar de los demás..qué educación le dará a los alumnos, etc.etc."

 

Como yo "no entendía" llamaron a un hombre mayor que decía ser policía, aunque estaba en camiseta. El señor me puso la mano en el hombro y me dijo "papá, ésta gente está cumpliendo instrucciones del director del hospital, están laburando". Giré mi cabeza y miré fijo la mano sobre mi hombro. Me quedé serio hasta que mi actitud de extrañeza le hizo retirarla. Por las dudas aclaré: "a mi no me toque ni me diga papá". A continuación me dio las mismas no-razones para que la sala de espera no sea sala de espera.

Como yo "seguía sin entender" vino un médico muy joven que no aportó más argumentación ni legalidad que los de Cóndor.

 

Quedé de nuevo con los de seguridad privada: "Usted con su actitud le esta faltando el respeto a toda esa gente que está afuera". Yo creo que ustedes le están faltando el respeto a los ciudadanos al hacerlos esperar afuera, los maridos separados de sus esposas, y turnándose para tener noticias del hijo enfermo.

 

El número de gente sometida era su mejor argumento y lo repetían fuerte para ver si mi intento de "requerir privilegios de blanco" me ponía al pueblo en contra.

Llamaron por radio a la policía haciendo una puesta en escena audible para todo el mundo. (Interesante: ¿Cóndor tiene una frecuencia de radio compartida con la policía?). Y vino la policía a poner orden.

 

Me pareció que era el momento apropiado para retirarme hasta la vereda. Caer preso, con el chico internado, no era muy buena idea. Pero los de Cóndor me señalaron con el dedo y me identificaron para que cayeran sobre mí los agentes de la ley. Al fin y al cabo para eso los llamaron. La policía me dijo: "Señor usted está haciendo desorden". Les pregunté si les parecía que estaba "haciendo desorden" (concepto amplio y discutible si los hay) y antes de que ellos respondieran vinieron los tres del Cóndor a la vereda y AHI SI SE ARMÓ EL ESCANDALO. Le decían a la policía (me demandaban) de que "El señor NO ENTIENDE, NO ENTIENDE, NO ENTIENDE". Les dije que entendía perfectamente pero que estaban flojitos de papeles si pretendían violar mis derechos ciudadanos con su autoridad ilegítima y una norma arbitraria que no podían exhibir con la firma de un responsable. Le pregunté a la policía si ellos venían a garantizarme ese derecho o a arrestarme, y si lo hacían bajo qué cargos lo harían. Los policías dudaron y se tragaron una clase de instrucción cívica en plena vereda. Fue larga y en voz alta. Los hombres expulsados a la vereda empezaron a rodearme. Confieso que me cagué de miedo. Estaba rindiendo exámen ante mi propio hijo a quién enseño a "no provocar al pedo a la policía". Y también me sentía un poco Steve McQueen en una película que vi de niño ("Un enemigo del pueblo"). No sabía de qué lado estaban los roperos que me rodeaban serios e inexpresivos. Le pedí a la policía que garantizaran mi derecho y les preguntaba que harían si yo decidía entrar a la sala de espera pacíficamente y sentarme. Me decían que yo no podía hacer eso porque "había órdenes que debían respetarse". En todo caso podía acompañarlos y asentar una denuncia para que ellos "pudieran actuar de oficio". Le expliqué que "actuar de oficio" es lo que yo les pedía precisamente (no requiere denuncia, eso quiere decir la expresión). En fin, les dije que ellos también estaban flojitos de papeles incomodando a un ciudadano que estaba siendo privado de sus derechos. Y que yo haría mi denuncia cuando me diera la gana. Luego de que se fue la policía los roperos me dieron la mano y me dijeron: "nosotros nos pusimos cerca para que la cana viera que no estabas solo". ufff menos mal. FIN DE LA ANECDOTA.

 

Me dicen que "eso se dispuso porque hubo gente que quiso patotear a los médicos ante decesos de niños y otras cuestiones que derivaron en desmanes". Eso explica la selección de los que hay que echar (parecen mas peligrosos los hombres que las mujeres y los negros que los blancos). Tengo para decir lo siguiente:

 

1) Me importa cuidar la seguridad de los médicos y la infraestructura pública. Pero no se protege a costa de cercenar derechos de los ciudadanos.

2) No son eficaces tres guardias de cóndor para impedir el ingreso de una potencial patota.

3) Es de una enorme violencia simbólica ver la sala de espera vacía y la gente en la vereda.

4) En todo caso que sean los de cóndor los que estén en la vereda (con frío, con lluvia, con calor), de manera preventiva, para impedir el ingreso de una patota (suponiendo que tengan atribuciones legales para decidir "quiénes son una patota" e impedirles el ingreso)

5) El director del Hospital ¿estará habilitado para tomar esas decisiones? ¿Pueden ser "de palabra" (es amigo de un amigo mío y según él muy buen tipo, por lo que habría que perdonarle todo lo demás, que para mi amigo sería anecdótico porque lo importante es que curen al chico).

6) La gente en la vereda, como se alcanza a ver en la foto entorpece el acceso de las camillas que bajan de las ambulancias. O sea que ésta gente "sigue molestando aún en la vereda" y la corren a cada rato para despejar la entrada. Finalmente se ponen sobre calle Rondeau "la ñata contra el vidrio" y se mensajean por celular con sus esposas (foto) .

7) Esto agrega un capítulo a la odiosa posición de privilegio que tienen los médicos en esta sociedad. Su seguridad física es protegida por medios ilegales. Su seguridad económica es protegida por medios también ilegales: el inmoral "plus médico" por el cual se aseguran la recaudación en negro "por sus pistolas". Le duela a quien le duela es un acto de corrupción y deslealtad. Su función de curar o "salvar vidas" no les da derecho a esa posición extorsiva frente al resto de nosotros.





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