21/09/2018

Tucumán

Una farmacia fue apedreada por un grupo de jóvenes "por pastillas"

“Fueron dos días de amenazas, estoy muy angustiada, dijo la dueña del local.
Una farmacia fue apedreada por un grupo de jóvenes por pastillas | El Diario 24 Ampliar (1 fotos)

La farmacia atacada.

Un local del barrio Obispo Piedrabuena sufrió dos incidentes en dos días; jóvenes apedrearon el negocio para que les den pastillas. “Fueron dos días de amenazas, estoy muy angustiada, dijo la dueña del local.

“El miércoles llegaron tres chicos a la farmacia. Andaban en una moto. Me exigían que les venda psicofármacos. Como no se los vendí, se fueron muy enojados. Estaban agresivos y violentos. Anoche (por el miércoles), ocurrió otro caso. Estaba de turno y un chico comenzó a arrojar piedras contra el local reclamando que le dé pastillas, contó Zunilda Rébola, propietaria de una farmacia de Gobernador del Campo al 700.

Ayer, mientras aguardaba a que le tomaran la denuncia en la comisaría 10ª, la farmacéutica de barrio Obispo Piedrabuena contó que todavía permanecía atemorizada por la situación que le tocó vivir.

“Fueron dos días de amenazas, estoy muy preocupada”, se lamentó. Sobre el hecho, relató que ocurrió cerca de las 23. Explicó que atendía su negocio cuando observó a un chico tirado en la vereda. Entonces, llamó al sistema 911. “Dieron una vuelta y se fueron, no se ocuparon del muchacho”, contó.

En ese momento, agregó, el joven se levantó y comenzó a gritarle que le diera psicofármacos, mientras lanzaba contra la farmacia piedras y ladrillos que levantaba de la calle. “No rompió el vidrio de milagro, porque el negocio estaba cerrado y con las rejas colocadas”, señaló la mujer.

Rébola expresó que en ese momento se comunicó con el 911, pero que no la atendieron. “Llamé como 15 veces y no tuve respuesta. Entonces, fui a un destacamento que está a una cuadra de la farmacia. Les pedí que hicieran algo. Ellos llamaron a la comisaría 10ª. Hasta que llegaron, el chico ya se había escondido a la vuelta. Pero regresó apenas los policías se retiraron”, explicó.

Como el muchacho volvió a atacar el local, la farmacéutica tuvo que llamar nuevamente a la Policía. “Los esperamos con un grupo de vecinos. El chico estaba escondido en un auto abandonado. Cuando lo llevaban, nos decía que ya iba a volver”, relató.

“Es una zona en la que se ven muchos chicos drogados. Van siempre a pedir psicofármacos les explico que no tengo, y entonces se van. Antes no habían sido tan violentos; aunque se enojan y me reclaman”, relató.

La profesional se quejó de la intervención policial: “Les pedí que me llevaran a la comisaría para hacer la denuncia y me dijeron que eso estaba prohibido. Encima, en el destacamento había un solo policía. Demoraron mucho en intervenir”, aseguró. (losprimeros.tv)




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