02/01/2019

El mundo

En su primer día, Bolsonaro excluyó a la población LGBT de las políticas de derechos humanos

Entre otras polémicas medidas, el nuevo mandatario brasileño también redujo el salario mínimo y entregó al ministerio de Agricultura la demarcación de tierras indígenas.
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Jair Bolsonaro, nuevo presidente de Brasil.

Jair Bolsonaro puso en práctica algunas de sus polémicas promesas de campaña y en sus primeros decretos decidió reducir el salario mínimo a 998 reales, entregar la demarcación de las tierras indígenas al Ministerio de Agricultura, cuya titular, la terrateniente Tereza Cristina Correa, coordinaba la bancada de los propietarios rurales en el Congreso. Además dispuso excluir a la población LGBT de las políticas de derechos humanos.

En su primer día en el Palacio de Planalto, el mandatario aumentó el salario mínimo de los trabajadores solo 44 reales, que su antecesor había fijado en 954 reales (246,1 dólares). El incremento del salario mínimo en Brasil se decide con una fórmula que contempla la inflación, la tasa de crecimiento del año anterior y otras variables pero el número final propuesto por Bolsonaro resultó inferior a los 1006 reales (259,6 dólares) calculados por la administración saliente y contemplados en el presupuesto 2019.

La disposición se complementó con otra declaración que otorga a Agricultura la función de identificar, delimitar y crear nuevas reservas indígenas, que hasta ahora estaba en manos de la Fundación Nacional del Indio (Funai), entidad responsable de las políticas indígenas, vinculada hasta ahora al Ministerio de Justicia. La norma determina que Correa, líder de los grandes propietarios rurales de Brasil, será quien decida en adelante la asignación de tierras para los indígenas y las comunidades quilombolas, descendientes de los negros prófugos de la esclavitud, campesinos sin tierras, sectores que conviven en permanente conflicto con los terratenientes.

Bolsonaro había prometido durante su campaña que no delimitaría nuevas reservas para los indígenas y que autorizaría las explotaciones mineras en las tierras aborígenes. "Más del 15 por ciento del territorio nacional es delimitado como tierra indígena y quilombola. Menos de un millón de personas viven aislados del Brasil verdadero, explotadas y manipuladas por ONG. Vamos juntos a integrar a estos ciudadanos y valorar a todos los brasileños", justificó en Twitter el flamante mandatario. El mismo decreto determina que pasarán a estar vinculadas al Ministerio de Agricultura tanto el Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA) como la entidad responsable de regularizar las reservas de los quilombolas.

Finalmente, el flamante presidente también firmó este martes una medida provisoria –que a nivel legal es una medida unipersonal del presidente, con fuerza inmediata de ley, sin la participación del Poder Legislativo– que borra todas las referencias a la comunidad LGBTI en el organigrama ministerial y en las directrices de protección de los derechos humanos del gobierno federal.

La medida provisoria 870/19 explicita los cambios en la estructura de los ministerios, incluyendo el nuevo Ministerio de la Mujer, de la Familia y de los Derechos Humanos, comandado por la pastora Damares Alves.

Entre las políticas y directrices destinadas a la promoción de los derechos humanos se incluyen explícitamente las “mujeres, niños y adolescentes, juventud, ancianos, personas con discapacidad, población negra, minorías étnicas y sociales e indígenas”. Las personas LGBT, que antes eran citadas en las estructuras de la Secretaría Nacional de Promoción y Defensa de los Derechos de la Persona Anciana, fueron excluidas.





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