18/03/2019

Tucumán

Falleció Esteban Cerioni, bajista emblema del rock tucumano

Fue un precursor en el movimiento y tocó hasta su último día.
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Esteban Cerioni, mítico bajista del rock tucumano, falleció el domingo a la noche después de un show.

El rock tucumano pierde a uno de sus fundadores, con el fallecimiento de Esteban Cerioni, bajista de la banda "Redd".

El músico falleció después de un show en un pub ubicado en la calle Catamarca al 300, en la capital provincial. Tenía 63 años.

Meses atrás, el histórico bajista presentó un nuevo proyecto en el que trabajaba: "La Biblia, según Vox Dei". Con él volvió a los escenarios y pisó las tablas de diferentes lugares de la provincia.

Como productor, bajista y vocalista, fue un importante referente de la música local. Participó en bandas como La Piedra, Mandrágora, Redd, Trigémino, Meridiano, Demolatino, Fitzcarraldo en Italia, Trilogía, entre muchas otras.

 

A continuación reproducimos un fragmento de la entrevista que le hizo Homero Sánchez a Esteban Cerioni para el blog Efectoburbuja.

 

Yo comencé tocando “La Biblia” de Vox Dei en una misa, ese fue mi debut. A partir de ahí empecé a meterme en bandas; me habían regalado una guitarra FAIM. Aquí están los chicos de La Piedra y Rody Castro. Él había participado en una obra de teatro con Trícupa, que se llamaba Calígula, y tocaban en vivo durante la obra. Y uno de los temas fue el germen de lo que después resultó “Matinee” de Redd. Un día apareció Rody por mi casa, buscando a un amigo, que le habían dicho que estaba en mi casa. La cuestión es que se quedó, vio mis discos…siempre mi colección de discos fue la que me abrió las puertas…y ahí me invitó a tocar. Solo que se dio cuenta de que yo era un guitarrista mediocre, pero podía ser un buen bajista. Yo tocaba los bajos con la guitarra. En la navidad del ’73 se hizo un gran evento en el Parque Guillermina: “Navidad progresiva del ‘73” que duró todo el día. Allí debutó Trícupa como cuarteto (sin batería), pero inmediatamente después de ellos empezó a llover y no pudimos debutar con La Pared. Por esa época no tenía bajo aun, iba a pedirle prestado a Papucho Díaz. En febrero de 1974 me llamaron para ir a tocar al Casino de Las Termas, dos fines de semana. Allí fue mi debut real, con Gustavo de Souza (que había tocado con Podazza en Los Truenos), Rody y Jorge Ortega (actualmente toca jazz). Me acuerdo que me estaban pasando los temas en el camión en el que íbamos; un amigo baterista, Federico Selis, me había prestado un bajo (que tenía 3 cuerdas) Sumado a esto, después se me cortó una, así que estuve tocando con 2 cuerdas (risas) Hacíamos Rock de la mujer perdida de Los Gatos, temas de Creedence…Pero a pesar de todo nos fue bien, me empezaron a considerar como bajista. Durante el resto de ese año (1974) tocamos en el ex Aeropuerto Benjamín Matienzo, en la confitería. Ahí gané dinero para comprarme mi primer bajo, un HAGSTRÖM: el debut de la banda, con Rody, Luis D’Orieux en batería y Carlos Minniti (un fanático acérrimo de Spinetta). Yo tenía un equipo Robertone, todo un clásico. Las bandas tocaban sin sonidista: tiraban los equipos, y el privilegiado era el que tenía el equipo de voces. (Hablando de la foto): esto ocurrió en la Biblioteca Sarmiento. Allí usamos un piano de cola y nos decían “Cuidado que lo tocó Arthur Rubinstein”. Ese recital estuvo repleto de gente, el 27 de diciembre del ’74. Una semana antes, Trícupa no había metido mucha gente, pero ellos venían de tocar mucho. Después en el ’75 tocamos en el Instituto Técnico, pero ya a Rody lo habían llevado a hacer el Servicio Militar, y ese fue el fin del grupo.

 

EB: ¿Cómo sigue tu carrera desde ahí?

 

En el ’75 me engancho para tocar con los hermanos Pancho y Carlos Trejo, con Mandrágora, y hacíamos covers, principalmente de Santana, ya que el baterista, Mariano Yalour, era todo un experto en esos ritmos y en jazz. Con ellos nos fuimos a tocar a los carnavales de Jujuy en 1976: como no existían djs, teníamos que tocar desde las 10 de la noche hasta las 5 de la mañana; fue la única vez que gané mucho dinero haciendo música: volví con regalos para todos, me compré el (bajo) Rickenbaker y me sobró para vivir como playboy durante 9 meses. El Rickenbaker lo conseguí a través de alguien que tenía una novia azafata, ya que en ese momento no era fácil acceder a instrumentos importados. Aquí en Argentina solamente tenían ese bajo Machi (de Invisible), el bajista de El Reloj, el de Espíritu (Claudio Martínez)y Camilo Diesi (bajista de OM)…y yo, ¡así que me sentía importante! (risas)

 

En el ’74 mis compañeros de colegio me pagaron para que viaje a Buenos Aires a contratar a una banda importante; queríamos hacer un recital grande para recaudar fondos para ir a Bariloche de fin de curso. Yo llevaba aparte una carta de la Dirección de Cultura, pero cuando llegué no me daban bola porque tenía 17 años. Finalmente Litto Nebbia me dio el teléfono de Rodolfo García, y ahí contratamos a Aquelarre, que tocó en el Club Caja Popular el 13 de setiembre. Como yo era fanático de Trícupa, incluí en el show a esta gran banda tucumana. Tengo grabados los dos conciertos (busca en su computadora y pone a sonar). También conseguí un grabador de 4 pistas, que era auspicio de “Grabacentro”, un negocio de música y tecnología. Pusimos 4 micrófonos ambientales, y salió bastante bien (suena la histórica grabación). Tiene un sonido de órgano clavinete, típico de Aquelarre. De ahí mi amistad con ellos: Héctor Starc, Rodolfo García, Emilio del Guercio…se improvisaba mucho …Como salió un éxito, muchos me veían como organizador de recitales. En el ’76 fue la última reunión de Trícupa, con Rody Castro, que había hecho una obra conceptual con temas de La Piedra, y eso se presentó el 19 de noviembre de ese año en el cine Plaza; fue el primer recital que se hizo en Tucumán con sonidista. Trícupa tenían entre ellos una relación de amor/odio; cuando terminó el recital, se desbandaron.

 

E.B. : Y ahí surgió el germen de Redd ¿No?

 

Exacto. El 7 de enero de 1977 estábamos en el Palacio de los Deportes del Parque de Julio viendo La Máquina de hacer pájaros, y Juan Escalante me propuso tocar juntos. Luis Albornoz se había ido de vacaciones siendo guitarrista de Trícupa, y cuando volvió se dio que no existía más la banda, y daba por descontado que sería guitarrista de Redd. La primera meta fueron como siempre los bailes de carnaval. Juan quería meter vientos, pero no funcionaron. Un buen día nos damos con que estábamos los tres solos, y nos pusimos a zapar sobre “Come together” (re menor) y derivó en “Reyes en guerra”; desde ahí no nos importó más ni los bailes de carnaval ni los vientos (risas). Los meses siguientes nos pasamos componiendo y ensayando.

 

E.B: ¿Cómo fue el debut de REDD?

 

El 10 de junio del ‘77 apareció alguien que estaba organizando un recital de Spinetta en Club Caja Popular, y quería a Trícupa para abrir el concierto. No encontró a Trícupa: encontró a Redd. La gran anécdota previa fue el accidente en el cual a Ricardo Gandolfo (el letrista) se le cae la guitarra, de punta, luego Luis dice: “al fin de cuentas era solo una guitarra”. Diez días después teníamos que tocar; no existía en Tucumán una guitarra de ese calibre. La llevó a un luthier pero nunca lograron recuperar del todo su afinación. Sin embargo, “Tristes noticias..” fue grabada con esa guitarra. Luis se hizo canchero para afinarla durante los shows.

 

 




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