09/01/2020

Tucumán

enigma argentino

¿Por qué la gente ahorraba en billetes de 5 pesos?

Escribe Juan Manuel Aragón - (Especial para El Diario 24, de Turucutolandia)
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¿Por qué la gente ahorraba en billetes de 5 pesos?

El nuevo gobierno de la Argentina ha despertado expectativas en un sector bastante amplio de la población. Si todo va bien y caminamos sin hacer mucho ruido, por ahí es posible que zafemos de la malaria actual y salgamos adelante. Hace unos días, un economista dijo que la inflación que tenemos es “cambiaria”, no “monetaria” y, aunque no entendemos un soto del asunto, nos quedamos tranquilos. Mirá vos, eso nomas había sido y uno preocupándose al pepe por el futuro de los precios, el sueldo que no alcanza, esa macanas. Hay asuntos de la economía que son bastante complejos, pero los argentinos los cazamos al instante. Hemos pasado tantas inflaciones y cambios de moneda, al menos los que hemos cumplido años más de 50 y pico de veces, que no es difícil que comprendamos a Gaby, del kiosco de la esquina, que sube el precio de las galletas, antes de que los preventistas le manden el Wathsapp avisándole del próximo aumento. Lo hace por las dudas y sobrevivió varias crisis, así que no hay qué decirle.

El gobierno ha dispuesto que dentro de unos días, cuando termine enero, los billetes de cinco pesos, ya no rolen más. Muy pronto, dejaremos de ver en papel la efigie de José de San Martín joven y saldrá una moneda metálica. Y empiezan a surgir intríngulis económicos que no comprendemos. Sabemos que la gente ahorra en dólares, o se protege comprando oro o joyas, cuadros, antigüedades, casas, departamentos, títulos, bonos, acciones. Pero nadie en su sano juicio va a atesorar billetes de cinco pesos. Digamé para qué los quiere, no tiene sentido. Por eso, llama la atención que en estos días, todo el mundo tiene cambio y los negocios te llenan de billetes de cinco pesos de vuelto. ¿Los tenían en la caja fuerte y ahora que pierden valor los venden?, ¿en serio había gente que ahorraba esos billetes?, ¿de dónde han salido tantos?, ¿por qué siempre escasea el cambio y ahora, mágicamente, todos tienen un billete de cinco a mano, para encajarte?, ¿de qué nos hemos perdido? Quién sabe.

Lo único cierto es que puede suceder cualquier cosa en un país que tuvo un gobierno que apostó a que habría una lluvia de inversiones porque a los empresarios extranjeros les tenía que gustar la cara del Presidente. Uno de estos días, cuando pase la sequía, lloverá de abajo para arriba, el mundo se enamorará de la soja que es, básicamente, forraje para chanchos, nombraremos a un tío que no sabe decir árbol, como capo de Medio Ambiente, sólo porque usa kipá. Y de forma misteriosa, el problema del cambio chico desaparecerá pero temporalmente. El primero de febrero lo volverán a mirar con cara de odio cuando saque un billete de cien, para pagar algo que vale noventa y cinco. Traiga cambio, le ladrará la cajera. Y todo volverá a la normalidad.

©Juan Manuel Aragón

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