25/05/2023

Tucumán

Política

La Iglesia tucumana clama a la dirigencia política para que tenga en cuenta "el sufrimiento de muchos" y muestre grandeza en sus acciones

El Monseñor Carlos Sánchez cede la homilía a su colega, el obispo auxiliar Roberto Ferrari, en la conmemoración de la Revolución de Mayo. Accede al mensaje íntegro de la Iglesia.

En el marco de la celebración del 213º aniversario de la Revolución de Mayo, el vicegobernador Osvaldo Jaldo, junto al gobernador Juan Manzur, funcionarios de toda la provincia y el intendente Germán Alfaro, asistieron al Solemne Tedeum en la Iglesia Catedral de Tucumán.

Aunque el arzobispo de Tucumán, Carlos Sánchez, presidió la ceremonia religiosa, el obispo auxiliar Roberto Ferrari fue quien pronunció la homilía. En su discurso, Ferrari criticó duramente la crisis social y pidió a la clase política que dejara de lado las disputas electorales y buscara el diálogo para desarrollar propuestas concretas y realistas en lugar de soluciones imposibles.

"Por eso, rogamos a aquellos que tienen mayores responsabilidades que piensen en el sufrimiento de muchos en lugar de intereses mezquinos. La gente necesita propuestas concretas y realistas en lugar de soluciones atractivas pero incoherentes. También espera que se sienten a escuchar y discutir con respeto hasta encontrar puntos en común", expresó Ferrari.

En ese sentido, el obispo celebró los 40 años de democracia en Argentina, pero también hizo referencia a la deuda del país. "Día tras día, vemos a un pueblo que sufre. El peso de la desilusión, las promesas incumplidas y los sueños rotos se hace cada vez más agobiante. También pesa la falta de un horizonte claro para nuestros hijos. Es angustiante sentir que cada vez es más difícil poner comida en la mesa, cuidar la salud e imaginar un futuro para los jóvenes. Además, se suman el miedo a salir a la calle, la violencia y la agresión generalizada. Cada vez se siente más la pérdida de los valores que sustentaban la vida familiar y social", expuso.

En ese momento de la homilía, Ferrari mencionó el documento de los obispos argentinos sobre los 40 años de democracia y resaltó la importancia del concepto de "libertad" para un pueblo. "Son libres los pueblos y sus habitantes que reconocen su propia e inalienable dignidad como personas", profundizó. 

Y continuó: "No solo es libre aquel que se siente libre y disfruta de esa libertad, sino que, sobre todo, es plenamente libre aquel que busca el bien. Una nación, un pueblo es plenamente libre cuando busca el bienestar de todos y cada uno de sus ciudadanos".

"Queremos mantener nuestra libertad e independencia, reconociendo nuestra historia sin negarla ni ocultarla, tal como lo afirmaba el cardenal chileno Silva Henríquez en 1974. Los pueblos que abandonan su tradición y, por imitación, violencia impuesta, negligencia imperdonable o indiferencia, permiten que les arrebaten el alma. Junto con perder su identidad espiritual y su conciencia moral, finalmente pierden su independencia ideológica, económica y política", reforzó.

Además, el Obispo auxiliar afirmó que los reclamos planteados se escuchan en las calles y los barrios. "La gente anhela avanzar hacia un proyecto estratégico de desarrollo que brinde esperanza, dignidad, paz social, empleo y prosperidad, priorizando a aquellos que se encuentran marginados", insistió.

Antes de concluir su discurso, hizo referencia de manera indirecta a la legalización del aborto en Argentina, así como al aumento de la pobreza infantil y el abandono de las personas mayores. "El verdadero valor de una nación se demuestra en cómo cuida a sus niños y ancianos. El inicio de la vida desde la concepción hasta su finalización... porque ellos son los más vulnerables y nos recuerdan la importancia de la historia, la memoria y la vida como el mayor bien. Por eso, nos duelen los flagelos que nos afectan y nos quitan la vida, pero aún más nos duelen las guerras y las violaciones a la vida", concluyó.




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