18/10/2017

Tucumán

“Investigar y enseñar es un trabajo de mucha generosidad”

El historiador, investigador y profesor, Federico Lorenz, presentó anoche su libro “La Llamada. Historia de un rumor de la posguerra de Malvinas”, que fue publicado por EDUNT.

“La Llamada. Historia de un rumor de la posguerra de Malvinas”, de Federico Lorenz, se incorporó a la Colección Saberes Académicos de la Editorial de la UNT (EDUNT). El acto de presentación se hizo anoche en el auditorio del Centro Cultural Virla. Además del autor, la mesa de honor estuvo compuesta por la directora de EDUNT, Rossana Nofal y por el licenciado y doctorando en Letras, Exequiel Svetliza. También se dieron cita la rectora Alicia Bardón y la secretaria Académica, Marta Juárez de Tuzza, entre otros miembros de la comunidad universitaria y público en general.

Sobre el material, el director del Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur comentó: “este libro es la historia de un rumor y abarca los primeros años de la democracia y el último de la dictadura. Con Nofal nos conocemos por compartir temas de memoria y de represión sobre Malvinas. En este material encajaron las dos cosas, una investigación por 20 años y la voluntad de EDUNT de publicar a los autores que abordan temas nacionales. El resultado de esto es poder pensar una época complicada, de la primera mitad de los 80”.

Por su parte, Svetliza mencionó que “Lorenz es un referente de los estudios historiográficos y encaró la temática desde distintos géneros como la ficción y lo testimonial”. Agregó que “La Llamada no relata un hecho sino un rumor de guerra, la historia de tiempos de posguerra y el regreso de los combatientes a la vida civil. Es importante tener un autor y referente dentro del catálogo de EDUNT que pueda dialogar con otros pensadores de la materia, un gran honor para la institución y la Editorial”. Svetliza posee una beca posdoctoral donde trabaja con relatos testimoniales de residentes en Tucumán. Su tesis estuvo centrada en la tarea de la narrativa y el cine que se hizo sobre Malvinas.

 

Su labor como historiador, investigador y director

Previo a su disertación, Federico Lorenz fue entrevistado por Noticias UNT. Acerca de su desempeño como director del Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur y de las actividades que se realizan allí dijo: “con Malvinas se mezcla la lucha territorial y los sentimientos que nos ponen a la Isla más lejos que nunca y eso vuelve difícil todo. El Museo es nacional de acceso gratuito y tratamos que sea escenario de la discusión para que puedan expresarse todas las opiniones. Tenemos distintas costumbres y eso tiene que ser enriquecedor y no de división. Las Islas tienen una historia en común, hay que poner énfasis en cosas que lo sean más cuando lo que tenemos es la lucha por la soberanía. Por facebook o por correo electrónico, cada persona del interior del país puede enviarnos información sobre monumentos o distintos espacios que existan para elaborar un Memorial de Malvinas”.

Sobre el rol que debe tener el historiador en el proceso de enseñanza-aprendizaje, Lorenz precisó: “no va reñido el entretener con el enseñar. Pude investigar y enseñar; que una cosa alimente a la otra y que la pregunta de los chicos alimente la investigación y luego volver con la respuesta para contarles situaciones que los involucre. La memoria es lo que nos armamos para vivir, es el cuento lindo. Decía David Viñas que el historiador trabaja de aguafiestas. Armamos otros mitos para construir una mirada sobre el pasado. No es una cítrica, da elementos a la generación nueva. Por ejemplo, fui dos veces a Malvinas la primera vez en 2007, cuando me estaba yendo mi hijo –que en ese tiempo iba a la primaria- pensó que iba a la guerra. Hay que entender que investigar y enseñar es un trabajo de mucha generosidad, quizás a los chicos lo nuevo no les interesa pero cuando uno tuvo una pérdida es difícil de aceptar”.

Acerca del revisionismo histórico opinó: “todos los países revisan su pasado, es lícito revisar el pasado para cambiar la mirada de lo que sucedió y los hábitos como los que se acostumbraban a ver en los actos de las escuelas. Los símbolos históricos son envases sociales pero el contenido cambia con la época. Los chicos tienen que tener contenido para darle forma, brindarles elementos, esa es la mayor honestidad intelectual posible”.

 


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