Contribución de los grupos de compraventa al capitalismo

Los grupos de compraventa de Facebook son parte de la contribución de los nuevos dispositivos de comunicación al sistema capitalista. Más en estos tiempos de crisis. Cualquiera que necesita unos pesos y tiene algo para vender, lo publica ahí y, a los pocos segundos hay un interesado preguntando por privado: “¿Precio?”.

Lo mejor: cada artículo, desde un departamento de lujo en un barrio caro de cualquier ciudad del mundo, hasta una humilde artesanía, encuentran rapidísimo su comprador exacto y en pocos minutos se cierra una operación que antiguamente demoraba semanas, con suerte.

Nadie ofrecerá un peluche a 100 pesos si normalmente se venden a 50 y, al revés, si la oferta es a 25 pesos se lo sacarán de las manos y será posible establecer un nuevo equilibrio en los precios, hecho por la gente común, casi sin darse cuenta. Es el mercado clásico, la oferta y la demanda como mediadoras, funcionando a pleno y sin intermediarios.

Cuando los diarios perdieron su lugar de medios de comunicación, para ser, en el mejor de los casos, cáscaras vacías, estos sitios de Facebook, llenaron ese espacio gracias al algoritmo (el Dios detrás de Dios, de Borges), que maneja el mundo. Quien necesite una aguja recibirá cientos de ofertas de agujas,si precisa un edificio de departamentos, ahí tiene alguien ofreciéndolo.

No deja de ser una gran suerte —al menos por el momento— el hecho de que estos artilugios nos hayan librado de la “prensa libre”. Y la echaron fuera de la sociedad sin lamentos, sin un hipócrita llanto de despedida, como quien deja atrás un viejo mueble, carcomido por los años, corrupto, desvencijado, inservible y ofrece sus servicios gratis, por el gusto de ayudar al prójimo, ¡Dios sea loado!

Juan Manuel Aragón

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