04/05/2020

Argentina

CORONAVIRUS

Indignante: la Villa 31 lleva más de una semana sin agua y se disparan los contagios

El fin de semana se produjo una muerte por coronavirus y al resto de los vecinos, le preocupan las falta de respuestas.

Desde fines de abril que una gran mayoría de vecinos de la Villa 31 del barrio porteño de Retiro se quedaron sin agua en plena emergencia sanitaria por la pandemia de coronavirus.

Desde el inicio del corte, los casos confirmados de personas infectadas con COVID-19 en la Villa 31 y 31 bis pasaron de tres a 133 –en total son 223 en las villas porteñas– y se produjo la primera muerte por la enfermedad.

Tal fue el caso de Toribia Balbuena, una jubilada de 84 años, madre de la primera paciente registrada en la 31, murió este sábado en el Hospital Rivadavia, donde estaba internada en terapia intensiva desde el 20 de abril.

Su hija ya había sido dada de alta y su esposo de 85 años, también internado por coronavirus, continúa recuperándose en el Hospital de Clínicas.


Más casos sospechosos

El equipo de Epidemiología del Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires informó además que trabaja con otros 75 casos sospechosos de haber contraído el virus.

Se trata de contactos estrechos de los pacientes confirmados.

La villa 1-11-14, también conocida como Barrio Padre Ricciardelli, en el Bajo Flores, figura segunda en la estadística oficial con 67 casos confirmados.


Zonas vulnerables

La distribución de casos en barrios vulnerables se completa con otros 3 en el Barrio Ramón Carrillo, uno en Barrio Los Piletones y uno en Barrio Fátima, de Villa Soldati; dos en Ciudad Oculta (Villa 15) y dos en Barrio 20, ambos en Villa Lugano; uno en la villa 21-24 (Zavaleta) en Barracas; uno en la Rodrigo Bueno, otro en Barrio Mitre, Saavedra, y 11 casos de barrios no determinados.

La falta de suministro de agua en la 31 aumentó la preocupación por el avance de los contagios en el asentamiento porteño más antiguo y uno de los más poblados de la ciudad, con aproximadamente 40 mil habitantes.


“El aumento de casos va a llegar y el objetivo es prever y reducir su impacto con el cuidado de todos y en especial de los adultos mayores. Necesitamos que nos sigan acompañando en el uso de barbijos, el aseo, distanciamiento social y salir lo mínimo indispensable y apelamos a la responsabilidad individual”, manifestó en los últimos días ante ese panorama el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

En la 31, al igual que en otros barrios vulnerables de la ciudad y la provincia de Buenos Aires –donde también preocupa el avance del dengue–, las condiciones ambientales y habitacionales, principalmente el hacinamiento, dificultan el aislamiento social obligatorio.

Sin agua, además, se hace prácticamente imposible el cumplimiento de las recomendaciones básicas de prevención oficiales: lavarse bien las manos, desinfectar superficies o mantener limpios la ropa y los objetos de uso diario.


Falta de agua potable

Desde AySA, aseguran que el problema en la planta potabilizadora se solucionó a los dos días del desperfecto y que ellos no tienen jurisdicción técnica dentro de la red interna al barrio porque la distribución de agua llega hasta la conexión en la línea municipal y la red perimetral que lo rodea.

“La red interna del barrio fue construida y es operada por el Gobierno de la ciudad, que es quien debe garantizar el servicio”, señaló en un comunicado la empresa, que continúa con el envío de camiones cisterna y agua envasada para los vecinos de la Villa 31.

La presidenta de AySA, Malena Galmarini, ratificó esa postura esta mañana. “Mi preocupación es cómo hacemos para accionar sobre un derecho que le es propio, que es el derecho al agua”, señaló en diálogo con radio El Destape.





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