Mientras la industria espacial mundial y la empresa de Elon Musk en particular se dispone a lograr el mayor hito de la historia que es aterrizar y migrar hacia Marte, en Argentina no nos quedamos atrás y junto a la colaboración de la CONAE se ha logrado un paso sustancial en la carrera del país por acercarse al cielo. Aquí te contaremos todos los detalles de este gran suceso.
El motor es un gran paso hacia el acceso al espacio
La compañía estatal comenzó con este proyecto con el objeto de avanzar hacia el último tramo del desarrollo del producto, en el que realizan varias pruebas de fuego y de alta rigurosidad, que los acercan a la verificación y validación definitiva, pero con este novedoso modelo saldrán a competirle a SpaceX.
Todo un hito para el Sistema Nacional de Servicios de Lanzamiento Espacial Comercial de Argentina que a través de este modelo desarrollado en tu totalidad por especialistas argentinos, dentro del programa ISCUL que consagra la calidad académica y que “representa el espíritu de la innovación y el empuje de una industria que no deja de soñar en grande”.
Con todo esto, Vehículo Espacial Nueva Generación o en siglas VENG, dio la gran noticia de que fue probado con rotundo éxito el motor de segunda etapa. Se trata de una compañía aeroespacial del Estado, que tiene como propósito fundamental construir y gestionar el lanzador de satélites Tronador II.
¿De qué se trata este motor espacial made in Argentina?
En este sentido, la empresa había informado, el pasado 19 de mayo, que el motor MT-B pasó las pruebas victoriosamente. Estamos hablando de un propulsor de cohete líquido bipropelente, que tiene una sola cámara de empuje refrigerada regenerativa, la misma está alimentada con ciclo abierto con generador de gases. El MT-B fue construído completamente por la compañía estatal, para ser un sistema de propulsión para la segunda etapa del vehículo Tronador TII-250, el primer lanzador de satélites argentino.
Asimismo, agregaron que esta tecnología es de vanguardia y tiene sus ojos puestos en el futuro. El nuevo motor une la eficiencia y la economía, y lleva los fundamentos del movimiento New Space de bajo costo y rápida integración. Los cuales incluyen, cámara de empuje impresa en 3D, que tiene una capacidad destinada a un sistema de alimentación por turbobomba y técnicas avanzadas de atomización. Esto lo pone en el podio de los motores más innovadores de su tipo.
Los motores pueden ser utilizados con distintos objetivos
“En su primer ensayo, el MT-B no solo alcanzó un empuje de 4,1 toneladas confirmando también la posibilidad de reencenderse en vuelo para que finalmente pueda cumplir un tiempo total de quema de 600 segundos, sino que también superó todas las expectativas de rendimiento y estabilidad”, dijeron desde la compañía.
Este tipo de motores pueden ser utilizados para distintos objetivos, como inyectar un satélite en órbita como para misil. De acuerdo con Reimonte, en nuestro país no se desarrollan para uso militar. De hecho, se han firmado tratados para certificar este hecho, y se han hecho las revisiones pertinentes, es decir, que se aseguran de que esté cumpliendo con los objetivos que prometió la empresa.
Si bien no es la misma tecnología, a veces se puede usar para poner una carga militar. “Lo que hacemos en VENG y CONAE es tecnología para el acceso al espacio con fines civiles”, manifestó. Alrededor del mundo hay miles de países que cuentan con lanzadores para poder acceder al espacio. Sin embargo, sólo la mitad de ellos desarrollan sus propios motores.
En este sentido, Raimonte dijo que desarrollar un motor como el MT-B, que tiene técnicas de fabricación especiales, como lo son son las turbobombas, y con su complejidad, conlleva que todo el equipo de especialistas tenga una larga trayectoria por detrás y tiempo para sumar saberes. Esto los deja en un muy buen lugar en el momento en que ofrecen dicho proyecto. “Hoy hay start ups con motores chiquitos, de 200 kilos de empuje, pero motores más grandes no se encuentran”, dijo.
Con este novedoso motor, Argentina se posiciona en el mundo en su carrera espacial y una vez terminadas las pruebas de eficiencia podrá despegar su tecnología de punta al mundo exterior.