La Escuela Politécnica Federal Zurich, de Chile, creó un nuevo material experimental que cambia para siempre el paradigma de la construcción. Se trata de un invento que nos marca nuevos caminos en la forma de construir, dejando atrás los materiales tradicionales que ya todos conocemos. ¿Lo mejor de todo? Es que este componente es sustentable, tiene vida propia y crece con la luz.
Este material es considerado como la clave para la creación de los edificios del futuro, ya que nos permitirá salir de lo tradicional y apostar por una alternativa sustentable, amigable con el medioambiente y mucho más vistoso. Según los investigadores de la Escuela Politécnica, este elemento, además de crecer solo, puede fijar carbono activamente mediante células fotosintéticas. ¿Impresionante, verdad?
Pero esto no es todo. Dicho material experimental permitirá crear un ambiente autosuficiente dentro de su espacio, donde las bacterias podrá realizar la fotosíntesis y generar biomasa. Además, posee una gran cantidad de beneficios ecológicos y de rendimiento. En los siguientes párrafos, ahondaremos en este gran elemento, que llegó al mundo para cambiar completamente el juego.
El material que marca el inicio de la construcción sustentable
El elemento del que tanto hablamos es el hidrogel de polímeros reticulados, que permite el paso de luz, nutrientes, CO2 y agua. Justamente, la combinación de estos componentes es lo que permite generar un ambiente autosuficiente para las bacterias. Además, tiene la capacidad de transformar parte del CO2 en carbonatos minerales, lo que refuerza el material y crea una estructura similar a la piedra.
El equipo de expertos que participó en esta investigación indica que este elemento experimental es la clave para la construcción sustentable del futuro. Esto se debe a que cuenta con beneficios que lo convierten en una muy buena opción para edificar, como por ejemplo, los siguientes:
- Captura prolongada de carbono: este material retiene CO2 durante más de 400 días, según los estudios realizados.
- Auto-refuerzo estructural: la estructura se hace más rígida a medida que crecen los carbonatos. Asimismo, las piezas blandas se convierte en bloques robustos, ideales para la edificación.
- Almacenamiento mineral estable: los procesos que crea permite fijar el carbono en forma sólida.
Un paso hacia el futuro
Esta innovación representa un gran paso hacia el futuro, ya que nos llevará a apostar a una construcción sustentable, que permite la integración de sistemas biológicos para ambientes urbanos. Por otro lado, reduce la huella de carbono, a diferencia de los elementos tradicionales. Asimismo, la utilización de esta nueva creación nos ayuda a cuidar al medioambiente, reduciendo la contaminación.
Otra gran característica de este elemento es que es adaptable para distintas construcciones, sin importar el tamaño, la forma o la idea. ¿A qué se debe esto? A que los bloques son creados por impresoras 3D, lo que nos ayuda a crear el diseño específico que necesitemos para llevar adelante la arquitectura de nuestra edificación. Se trata de una gran ventaja, que, sin dudas, marcará un cambio de paradigma en la creación de infraestructura urbana.
El desafío de este nuevo material
Hasta ahora, todo lo que nombramos nos parece totalmente prometedor. No obstante, es preciso resaltar que esta innovación todavía se encuentra en fase experimental y faltan algunos procesos para comenzar con su uso comercial. El siguiente paso será adaptarlo a clima real y evaluar resistencia en condiciones extremas. Esta será la prueba de fuego para dicho material, que promete ser la solución a muchos problemas de la construcción.
Los investigadores también deben enfrentarse a otros desafío: encontrar la forma para escalar su producción, optimizar sus costos y llevarlo hacia un proceso industrial. Por otro lado, tienen la obligación de integrarlo con las normativas impuestas para la construcción, lo que significa hacer de su uso, algo seguro para estructuras urbanas.