Argentina vio de cerca un fenómeno que no debería ocurrir en condiciones normales. Los científicos quedaron sorprendidos por lo espectacular de la situación, que deja en claro que nada es como antes. Hay muchas preguntas respecto a este fenómeno y dan lugar a una discusión que genera grandes divisiones: las consecuencias del cambio climático en el mundo actual.
Las modificaciones en las temperaturas y las condiciones inestables de la atmósfera en distintas regiones del mundo demuestran que todo está cambiando. Es un hecho cada vez más recurrente y que actualmente genera contrapuntos entre distintas teorías, dividendo aguas entre los que temen por sus consecuencias y los que aseguran que el planeta se acostumbrará a esto.
Hoy, hablaremos de un hecho ocurrido en el desierto de Atacama, una zona de característica árida y con clima extremadamente seco. Pero todo cambió de un momento para el otro, con un aumento extremo de temperaturas y condiciones nunca antes vistas, lo que dejó a esta región en el centro del debate científico. Asimismo, Chile se cuela en las investigaciones climáticas actuales como un nuevo protagonista.
Un manto blanco cubrió al desierto de Atacama
El desierto de Atacama vio la nieve por primera vez en diez años. Es un fenómeno que sorprendió a la comunidad científica por haber ocurrido en una región con una tasa de precipitaciones tan baja. Según expertos, algunos lugares de esta zona registran menos de un milímetro de lluvia al año. Son condiciones extremas, que estuvieron allí por casi una década, lo que aumenta la trascendencia de este hecho.
La fuerza de la nevada también sorprendió a los científicos y a los trabajadores del observatorio ALMA, situado a 2900 metros de altura. Se registraron ráfagas de viento de hasta 100 km/h, que provocaron cortes de energía, inundaciones, cierre de escuelas en localidades cercanas, la suspensión de algunos servicios públicos y paralizó la actividad del observatorio astronómico.
Protocolo de emergencia en el observatorio ALMA
Este observatorio es un gigante de la astronomía, con 66 antenas repartidas a más de 5000 metros de altura. Es considerado un espacio relevante para la investigación del universo gracias a su capacidad de captar señales que provienen de galaxias lejanas y de estudiar las estrellas, su formación, y los planetas en gestación, siguiendo el rastro de sus moléculas.
Todas las herramientas para el estudio de los cielos quedaron nulas ante la fuerte nevada registrada en el desierto de Atacama, en las puertas de Argentina. El establecimiento fue obligado a pausar sus investigaciones y cambiar de posición las antenas para cuidarlas de la nieve y de las fuertes ráfagas de viento, mientras que los trabajadores se resguardaron dentro del recinto por las bajas temperaturas. Esto demuestra la debilidad de ALMA respecto a las condiciones extremas.
El desierto de Atacama, un paraíso seco
El desierto de Atacama tiene la fama de ser uno de los lugares más seco del planeta y cuenta con condiciones que lo convierten un laboratorio natural ideal para estudiar el clima extremo. Sin dudas, es un edén para los astrónomos gracias a su atmósfera seca, que permite hacer mejores observaciones. Europa, Asia y Norteamérica se dieron cuenta de estos factores y crearon el observatorio ALMA.
La aparición de la nieve en el desierto nubló todas esas características de la región, transformando todo lo árido en una escena propia de los Alpes andinos. Es una situación insólita, que los investigadores ahora no pueden ignorar por las amplias repercusiones en la ciencia, la tecnología y en la sociedad misma. Se podría decir entonces que esta escena, más que una rareza, es un aviso de la naturaleza.