Un nuevo hallazgo lo cambió todo en la biología tradicional. En un laboratorio estadounidense, un grupo de científicos dieron el primer paso hacia una nueva era biológica, ya que crearon células que no obedecen únicamente las ciencias básicas, sino que además responden a extrañas reglas de la física cuántica. Asimismo, este descubrimiento marca el nacimiento de una nueva biología.
En este contexto, durante muchos años, la física cuántica y la biología parecían mundos casi incompatibles. Sin embargo, un grupo de especialistas descubrieron que unas partículas fluorescentes pueden funcionar bien como cúbit, es decir, un chip de información dentro de las células vivas. Asimismo, este hallazgo marca un antes y un después, no sólo demuestra que lo cuántico es compatible con los seres vivos, sino que abre camino a una ciencia revolucionaria.
¿Cuál es el nuevo hallazgo que revolucionó a la biología?
La novedad de que una unidad de información se haya creado dentro de una célula viva puede parecer fantasía, pero es un hecho real que ya fue documentado por la comunidad científica. Es así que un grupo de la Universidad de Chicago demostraron que una “proteína fluorescente”, puede comportarse como una unidad fundamental dentro de los seres vivos.
Asimismo, este descubrimiento se presenta como una unión inesperada entre la física cuántica y la biología, combinación difícil de imaginar, pero que puede ser real. Hasta el momento, que un cúbit permanezca estable implicaba llevarlo a condiciones extremas, como por ejemplo: temperaturas extremadamente bajas, laboratorios silencioso y materiales especiales para protegerlo.
Por lo tanto, lo más llamativo de todo es que los científicos lograron que una proteína fluorescente conocida científicamente como EYFP (Enhanced Yellow Fluorescent Protein) cumpliera un papel fundamental dentro de las células vivas, en entornos mucho más ruidosos y complejos que los laboratorios tradicionales.
Un elemento cuántico dentro de una célula viva
Ahora bien, estas proteínas llevan muchos años transformando la biología celular, ya que permiten observar procesos biológicos reales. Asimismo, lo que los investigadores norteamericanos encontraron es que la proteína EYFP tiene un estado de electrones triple, en el cual las partículas subatómicas pueden comportarse como un cúbit. Por lo tanto, esto significa que EYPF no solo brilla, sin que además mantiene su estado cuántico de manera estable.
En este sentido, los científicos usaron luces láser para leer y manipular el estado de la célula, un proceso comúnmente conocido como resonancia magnética. Asimismo, este descubrimiento tiene un beneficio, ya que al ser codificable genéticamente, esta partícula puede expresarse en células y tejidos, midiendo células vivas.
¿Cómo se midió dicha proteína?
Para medir el cúbit proteico, los investigadores usaron un microscopio adaptado para excitar la proteína a través de diferentes tipos de láseres. Este mecanismo permitió leer el estado cuantitativo dentro de la célula del ser vivo. Asimismo, hasta el momento, que un cúbit se mantenga estable exigía condiciones extremas que ofrecían los laboratorios, pero con este hallazgo, se logró un ambiente biológico real, lo que abre camino hacia una biología cuántica.
El foco puesto más allá de la biología
Si bien la mirada está puesta en las ciencias que estudia la vida, los mismos científicos apuntan que este descubrimiento podría ir mucho más allá de este campo biológico. En este sentido, al tratarse de un sistema cuántico en condiciones normales, los cúbits proteicos también podrían adaptarse a dispositivos no biológicos. Asimismo, el mensaje de los investigadores es directo: una proteína fluorescente que se convirtió en la pieza clave de un estudio que une a la biología con la física cuántica. Un hecho inédito e inimaginable.