Conectarse a internet en Argentina siempre fue un problema. En las ciudades grandes nos ponemos de mal humor si la fibra anda un poco más lenta de lo normal. El verdadero problema está interior profundo o en los pueblos chicos, conseguir una conexión más o menos estable es muchas veces casi imposible. Mucha gente pasó años dependiendo de datos móviles que se caen a cada rato o de proveedores locales que hacen lo que pueden con una infraestructura bastante limitada. Recién el año pasado la cosa empezó a moverse un poco. Con la llegada de las nuevas tecnologías satelitales.
La guerra de precios
En este contexto de reacomodamiento, la estrategia comercial se ha vuelto mucho más agresiva. Uno de los frenos más grandes para acceder al internet satelital siempre fue el costo de entrada. Comprar la antena y el router. Conscientes de esto, y respondiendo a factores logísticos y competitivos, decidieron aplicar un tijeretazo importante a los precios de los equipos. El objetivo es claro. Se trata de transformar una tecnología que históricamente se consideraba “premium” en una opción viable para familias, escuelas rurales y comercios que hoy están desconectados o mal conectados.
Para que te hagas una idea de los números que se manejan en noviembre de 2025, la rebaja es sustancial. El kit estándar, ese que está pensado para dejar fijo en el techo de tu casa y olvidarte, bajó de casi medio millón de pesos a unos $374 000. Y si sos de los que necesitan moverse, el modelo “Mini”, que es súper portátil (del tamaño de una tablet) y viene con el router integrado, pasó de $189 000 a $142 500. Es una jugada fuerte para ganar terreno rápido en esas zonas donde tirar fibra óptica es carísimo o directamente inviable, facilitando que mucha más gente pueda dar el salto tecnológico sin tener que dejar el sueldo.
Starlink trae promociones
Pero la verdadera bomba, sobre todo para los que viven viajando, es la promo que sacaron para el plan “Itinerante”. Starlink se puso agresivo y para convencer a los indecisos tiró la casa por la ventana: te regalan los primeros tres meses del servicio. Si hacés la cuenta, considerando que el abono mensual está en $87 500, te estás ahorrando una fortuna de entrada. Es el gancho ideal para el que le tenía ganas al servicio pero no se animaba a gatillar el costo fijo sin saber si le iba a rendir.
Este plan itinerante es ideal para la gente que viaja, trabaja en movimiento o tiene casillas rodantes. La antena se puede montar en el vehículo o apoyar en el suelo en cualquier parada. Una vez conectado, tenés velocidades que superan los 100 Mbps para hacer videollamadas, jugar online o trabajar desde el medio de la nada. La promoción de bienvenida permite probar el rendimiento del sistema en distintos entornos y viajes largos sin poner un peso durante el primer trimestre.
Opciones para todos
Más allá de la oferta para viajeros, el menú de opciones se ha diversificado para que cada usuario pague por lo que realmente usa. No todo el mundo necesita llevarse la antena de camping. La mayoría solo quiere Netflix en el living de su casa sin que se corte. Para ellos, el plan residencial estándar quedó en $56 100 por mes. Pero lo interesante es la aparición de una opción “Lite” o depurada, pensada para viviendas de bajo uso o presupuestos más ajustados, que cuesta $38 000. Esto demuestra que la empresa de Elon Musk está buscando rascar el fondo de la olla del mercado, ofreciendo alternativas flexibles en pesos argentinos.
Estamos observando como la conectividad continúa cambiando. Tener diversas opciones para elegir, especialmente para aquellos que viven alejados es un gran avance para la conectividad del país.
