Los rugbiers implicados en el asesinato de Fernando Báez Sosa enfrentan complicaciones judiciales

La Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó recientemente el pedido de habeas corpus presentado por la defensa de los ocho jugadores de rugby que habían sido condenados por el asesinato de Fernando Báez Sosa. 

El abogado líder del equipo defensor, Hugo Tomei, había argumentado en varias ocasiones que los acusados estaban siendo privados ilegalmente de su libertad y que las detenciones preventivas de todos ellos habían sido injustas.

En un primer momento, el 6 de julio de 2020, este habeas corpus fue declarado inadmisible, lo que llevó a la defensa a presentar un recurso extraordinario basado en la inaplicabilidad de la ley. La Corte de la provincia de Buenos Aires rechazó la apelación a nivel local y, en respuesta a esa decisión, la defensa llevó el caso a nivel federal. 

Sin embargo, este nuevo intento también fue rechazado, lo que finalmente condujo a la presentación de un recurso de queja ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El planteamiento de la defensa de los jugadores de rugby fue nuevamente declarado "inadmisible" por la Corte Suprema, cuyos miembros firmantes fueron Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti.

¿Es posible trasladar a los jugadores de rugby a otra prisión?

Según fuentes judiciales, existe una posibilidad concreta de que los jugadores de rugby sean trasladados después de que la Cámara de Casación resuelva sobre la confirmación o modificación de las condenas, lo cual ocurrirá después de la audiencia del martes. 

Se ha mencionado la posibilidad de trasladar a un grupo de ellos a la Unidad Penitenciaria N°30 de General Alvear, mientras que otro grupo podría ser trasladado a la Unidad Penal N°2 de Sierra Chica, según información proporcionada por el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).

Hasta el momento, los jóvenes se encuentran detenidos en Melchor Romero, aislados del resto de los reclusos y con una rutina estricta que incluye pocas horas de tiempo al aire libre y períodos de encierro en celdas compartidas por dos personas. 

Esta separación se debe exclusivamente a razones de seguridad, ya que los jugadores temen perder el privilegio de estar juntos en un mismo pabellón. A pesar de ello, confían en que ningún director penitenciario querrá asumir el riesgo de que sean atacados por otros reclusos si son trasladados.

Según explicó una fuente judicial a TN: "Son pocos los dispuestos a asumir el costo de un traslado, especialmente en un año electoral. Si son separados, estarán en una posición vulnerable en otra prisión, lo que podría exponerlos a ataques. Son los reclusos más famosos de Argentina".